Un pensamiento más...
Entonces, el cansado hombre se sentó al lado de su amigo y exclamó:
—Estoy cansado del trabajo, ¡quiero hacer algo más!
A lo que el amigo respondió:
—¿Por qué no haces lo que quieres hacer? Tómate tu tiempo, eso no te haría mal.
El hombre lo miró y repitió, con una mezcla de cinismo e indiferencia:
—¿Hacer lo que quiero hacer?
Soltó una carcajada vacía, una de esas que no tienen alegría, y guardó silencio por un momento antes de decir:
—Ni siquiera sé qué es eso. ¿Te preguntarás por qué? Porque nunca he tenido el tiempo...
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