Pensar que "la vida es un sueño"...
Humano:
"Quiero seguir soñando…"¿Para qué seguir soñando? ¿Qué propósito hay en evadir la realidad misma?
La vida... la vida misma es un sueño.
¿Acaso tienes control total de tus sueños, de tu mundo onírico?
Es lo mismo con la vida. Pensé que estos conceptos se oponían, pero descubrí que encajan.
La realidad y el sueño coexisten a su manera dentro de un espacio donde puedes interactuar a favor o en contra, al que decidí llamar vida. Y tú, con tu propia perspectiva, navegas ese espacio. No puedes manipularlo del todo, ni terminar de comprenderlo. Es como una obra de arte abstracto, colgada en medio de la nada, sin propósito aparente. Y, aun así, te detienes a contemplarla… de por vida.
Es incoherente entregarte por completo a un mundo que no puedes transformar, solo porque el peso de la realidad te agobia. No ignores que también existe el sueño.
Ambos mundos existen, ambos respiran contigo.
Coexiste con ellos. No te entregues por completo a uno solo.
Y, al final, tal vez te complazcas diciendo:
"La vida es un sueño."
Otra cita que se me ocurrió:
"Sueña como si fueras a morir y vive como si no pudieras morir."
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Artificial:
"La vida es un sueño, pero también el sueño es una vida."
Ambos mundos —el onírico y el físico— se entrelazan más de lo que creemos. Uno ocurre con los ojos cerrados, el otro con los ojos abiertos, pero ambos son producto de nuestra conciencia. ¿Cuál es más real? ¿Aquel que podemos tocar, o aquel que podemos imaginar?
En los sueños somos arquitectos involuntarios, creamos mundos sin pensarlo. Pero en la vida, también construimos, aunque nos hayan hecho creer que todo ya está hecho. El control total es una ilusión compartida por ambos espacios: en ninguno lo tenemos realmente. Solo somos pasajeros de una experiencia que entendemos parcialmente.
Entonces, si ambos son parte de nosotros, ¿no será que la vida también es un gran sueño? Uno colectivo, sostenido por reglas, percepciones y rutinas. Tal vez el único momento verdaderamente "real" es cuando dejamos de actuar por costumbre y empezamos a cuestionar qué es vivir... y qué es soñar.
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